CAPÍTULO 8.
Tras un día agotador de estudios y trabajo en el M&R, las chicas por fin se reunieron en casa por la noche a des cansar y a preparar una deliciosa cena.
– Sé que hay novedades hoy también así que… ¡desembuchad! – dijo Diana mientras cocinaba y Noe la ayudaba con los ingredientes.
– Pues ha pasado que… – comenzó a decir una de las chicas que estaban poniendo la mesa.
– ¡Esperad! – exclamó Tamara de repente – me acabo de acordar de una cosa…
– ¿Qué pasa? – preguntó Cris, asustada por la repentina reacción de Tamara.
– Vamos a ir al Parque de Atracciones con los de la SM, eso dijimos, ¿no? – las chicas asintieron a la afirmación de Tamara – pues tengo que subir a avisar Super Junior de que aceptamos la invitación; esto… ¿alguna me acompaña?
– ¡YO! – exclamó Noe, dejando caer los ingredientes para la cena sobre la encimera.
– ¡Pero Noe, si me estabas ayudando con la cena! – se quejó Diana sin apartar la vista de la olla.
– Ya te ayudo yo, geme – dijo Cris una vez terminó de colocar la mesa y se acercó a Diana.
– Gracias – Diana sonrió.
– ¿Ya está? Bueno, pues nos vamos Noe y yo para arriba, ¡ahora volvemos! – dijo Tamara mientras agarraba a Noe de la muñeca, dirigiéndose hacia la puerta.
– ¡No tardéis demasiado, que la cena se enfriará y además me muero de hambre! – gritó Rebeca para que Noe y Tamaran la oyesen desde lejos.
Cuando se fueron, Diana y Cris terminaban de cocinar y mientras Rebeca esperaba sentada en la mesa, poniendo algo de música para matar el tiempo. La música se cortó de repente, puesto que Rebeca había recibido un mensaje. Mira que es oportuno… no estamos todas las chicas ahora para hablarlo, pensó Rebe pero con una sonrisa tonta en los labios.
«¡Hola, Rebeca! Los chicos de SHINee y yo ya hemos hablado para lo de la cena y habíamos pensado en invitaros el viernes de la semana que viene, ya que así descansáis y desconectáis de la dura semana que llevaréis por delante, ¿qué os parece a ti y a las chicas? Esperamos que aceptéis. ^^»
Diana ya había apagado el fuego y le pidió a Cris que sacase los platos para repartir la cena mientras ella se quitaba el delantal y buscaba un cucharón con el que servir. Mientras Cris iba a buscar los platos, observó que Rebeca no apartaba la vista del móvil desde que se paró la música a causa del mensaje.
– ¿Con quién te mensajeas, Rebe? – preguntó Cris intentando alcanzar los platos.
– Con nuestro querido y muy oportuno vecino Kim Jonghyun, que me acaba de decir la fecha para lo de la cena – respondió Rebe entre risas sin apartar la vista del móvil, y se dispuso a contestar.
– Dile que le confirmaremos, sea lo que sea lo que haya dicho, cuando ya estemos todas – dijo Diana mientras terminaba de servir los platos y Rebeca asintió mientras escribía en el móvil.
«Ok cielo pero… ahora mismo nos faltan dos chicas, que han ido a hacer un recado, cuando estemos todas te digo, ¿ok? ^^»
Una vez enviado el mensaje, Rebeca observaba hambrienta los platos que Diana servía y Cris colocaba sobre la mesa. Cuando le sirvieron el suyo, no pudo evitar pegar un pequeño bocado a la comida. Aquel gesto hizo reír a Didi y a Cris y Rebeca se unió también a las carcajadas. Otro mensaje más la enviaron.
«Esperaremos pacientes entonces, mientras tanto, que paséis una buena noche las que estéis en casa hasta que vuelvan las demás. ^^»
Rebe le respondió con un «ok, gracias» y se levantó de la mesa para ir al salón. Cris y Didi la siguieron y encendieron la tele para matar el tiempo mientras que las otras chicas volvían, que no es que estuvieran tardando, es que tal era el hambre que tenían, que la espera se les hacía eterna.
***
– Todavía no me puedo creer que SHINee y Super Junior sean nuestros vecinos – dijo Tamara emocionada mientras esperaba junto a Noe a que llegase el ascensor.
– Y yo no me puedo creer que nos estén invitando a pasar tantos eventos con ellos, ¡Tami, que nos vamos al Parque de Atracciones con los grupos de la SM, voy a conocer al resto de mis roles! – Tamara se rió tras escuchar aquel último comentario – A Tao y Baekhyun de EXO… a Hyoyeon de SNSD… – empezó a enumerar Noe.
– A todos, Noe, ¡a todos, qué emoción! – dijo Tamara a la vez que entraba en el ascensor, que por fin había llegado hasta su planta y había abierto sus puertas.
– Ahora debemos calmarnos si no queremos que descubran que ya les conocíamos de antes, estamos a punto de llegar a su planta – añadió Noe señalando la pantallita que mostraba las plantas que iban pasando, y Tamara asintió mientras respiraba hondo.
Una vez en la planta, buscaron la puerta de la casa de Super Junior y, cuando la hallaron, se plantaron frente a esta, observándola de arriba a abajo. Tamara se sentía algo nerviosa, hasta el cuerpo le temblaba, así que le pidió a Noe que fuese ella quien llamase al timbre. Cuando se abrió la puerta, un sonriente Ryeowook apareció tras esta.
– ¡Hola, chicas! ¿Qué os trae por aquí a estas horas?
– No queremos molestar… – se disculpó Tamara – no hemos podido venir antes por el ajetreado día que hemos tenido.
– Oh, entiendo, ¿queréis pasar? – les ofreció Ryeowook, apartándose un poco de la puerta.
– Lo cierto es que nos están esperando las demás para cenar – dijo Noe, sonriendo agradecida.
– Hemos venido porque ayer por la mañana me encontré a Donghae y Eunhyuk y me hablaron de cierto evento… – comenzó a explicar Tamara.
– ¿Lo del Parque de Atracciones? – añadió Ryeowook con una sonrisa y un brillo en los ojos.
– Esto… sí, precisamente eso – dijo Tamara entre risas.
– Ya nos lo han contado ellos, que os han invitado, ¿entonces vais a venir?
– Yes, aceptamos la invitación – respondió Noe, guiñando un ojo y levantando el pulgar.
– ¡Genial! Nos lo pasaremos en grande – Ryeowook sonrió de oreja a oreja.
– ¡Seguro! – añadió Tamara, sonriendo también.
– Avisaré a estos – dijo Ryeowook sin dejar de sonreír.
– Vale, nosotras nos vamos ya – dijo Tamara mientras se alejaba despacio de la puerta.
– Sí, que estas nos están esperando para cenar – añadió Noe.
– Pues… ¡hasta la próxima! – dijo Ryeowook despidiéndose con la mano, a lo que las dos chicas le respondieron con el mismo gesto.
Tamara y Noe volvieron a coger el ascensor y volvieron a casa con las demás chicas, que ya las esperaban sentadas sobre la mesa, mirándolas con cara de hambrientas y con brillo en los ojos porque por fin volvieron y ya podían cenar todas juntas.
– ¿Por qué habéis tardado tanto? – se quejó Rebeca mientras se preparaba para dar el primer gran bocado a la cena.
– Pero si solo ha sido subir, decir que vamos, y volver… – espetó Tamara.
– Tendrían hambre, yo estaría igual si me hubiera quedado aquí con ellas, por eso tenía que acompañarte – añadió Noe sonriendo divertida, a lo que las demás chicas asintieron efusivamente.
– Bueno, – Diana cambió de tema – que hay cosas que contar, hemos dicho, ¿no?
– Antes que nada, – interrumpió Rebeca – Jonghyun ya me ha avisado para la cena, el viernes de la semana que viene podemos todas, ¿verdad?
– ¡¡CLARO!! – dijeron las demás chicas al unísono, y Rebeca le mandó un rápido mensaje a Jonghyun para zanjar el asunto.
– Hala, ya podemos hablar de lo que hemos hecho en el día, que a Didi le hace ilusión – dijo Rebeca guardando el móvil.
– Jo… – se quejó Diana entre risas.
– De todas formas, tampoco hay mucho que contar, ¿no? Hemos ido todas de la uni al trabajo y viceversa para Tamara y yo – añadió Cris con cara de cansancio.
– Bueno, pero ha sido el primer día de trabajo, alguna primera anécdota habremos vivido para contarla – espetó Diana.
– Sobre todo nosotras… – dijo Tamara mirando a Cris divertida.
– No sé… creo que con mi fama de patosa, la de Noe y yo habría sido hasta para grabarla – dijo Diana entre risas, quien miró a su amiga y chocaron ambas los cinco.
– Pues vaya, yo no he tenido ningún problema, he sido una buena compañía para JongJin y yo para él – añadió Rebeca.
– ¡Nos ha jodido! – espetó Diana divertida.
– Yeye es amor… demasiada paciencia ha tenido con nosotras… – dijo Tamara sonriendo en un suspiro. Las demás chicas asintieron.
Mientras terminaban de cenar, Tamara y Cris comenzaron a relatar su mañana de primer día de trabajo en el M&R y las demás chicas escucharon para no perderse ningún detalle. Se quedaron hablando y riendo hasta que todas terminaron de contar sus divertidas anécdotas y se fueron a dormir y descansar puesto que al día siguiente volverían a vivir la misma rutina, eso sí, sin repetir la misma experiencia que vivieron aquel día.